Cómo ha cambiado Facebook nuestras vidas
En la actualidad se ha convertido en parte de nuestro día a día y casi ninguna persona concebiría su vida sin la red social más famosa del mundo pero ¿cómo ha cambiado Facebook nuestras vidas? En este artículo nuestros expertos en nuevas tecnologías te cuentan todo lo que ha supuesto Facebook para nuestras vidas.
El pasado está mucho más cerca
Hace 15 o 20 años si te marchabas de tu ciudad o perdías el contacto con tus amigos del colegio lo más probable es que no volvierais a veros ni hablar a no ser que volvieras a tu ciudad u organizarais un evento recordatorio con los compañeros de clase, pero en la actualidad, gracias a Facebook, es posible retomar el contacto con todos estos amigos e incluso con tus viejos profesores, con lo que nadie se va nunca del todo de tu vida.
Cuesta más dejarlo atrás
Esto tiene su parte positiva, ya que, por ejemplo, aunque tengas que mudarte por trabajo o porque quieras hacerlo, podrás seguir teniendo cerca a tu gente del pasado, pero sin duda también tiene una parte negativa, y es que te “obliga” a seguir estando cerca de la gente que realmente no te interesa, pero a la que no quieres herir eliminando de Facebook o rechazando tu solicitud de amistad, así como te permite seguir en contacto con gente que no te hace bien, como personas tóxicas o ex parejas.
Puedes abrir tus círculos
Por otro lado, como vemos en Diario16, gracias a Facebook es posible abrir mucho más tus círculos y conocer a gente a la que de otra forma te hubiera sido imposible acercarte: desde personas de la otra parte del mundo con aficiones similares a las tuyas que conoces en un grupo y pueden terminar convirtiéndose en amigos/as hasta esa persona que ves siempre en el gimnasio pero con la que de otra forma nunca te hubieses aprendido a contactar.
Cambios en las relaciones
Facebook cambia la forma en que nos relacionamos, ya que muchas veces empezamos las relaciones en esta red social antes de llevarlas al mundo real, e incluso contamos con nuestra propia personalidad dentro de las redes, que cuidamos al detalle, nos comunicamos de forma específica y creamos nuestras propias comunidades dentro de ella en las que queremos sentirnos aceptados y queridos. Esto es positivo porque es una forma de conocer gente, pero debe hacerse con coherencia ya que de lo contrario podemos tender a valorar demasiado la opinión de los demás y considerar que si a los demás no les gusta o no les hace gracia lo que hemos compartido es porque lo que estamos haciendo no vale para nada y esto, obviamente, sería un enorme error.
Lo compartimos todo
Si antes estábamos en una relación es posible que mucha gente no se enterase porque no íbamos anunciándolo por ahí, si conseguíamos un nuevo trabajo podíamos comunicárselo a quien queríamos y por supuesto nadie sabía lo que desayunábamos, a dónde íbamos de fiesta o cuáles fueron nuestras últimas vacaciones más allá de nuestros amigos y allegados cercanos. En la actualidad si no compartes algo parece que no está pasando: una boda, ir al cine, la carrera que corriste el fin de semana…
Adiós a la privacidad
Si bien esto cuenta con su parte positiva, porque puedes ahorrarte incómodas explicaciones (por ejemplo, si rompes con tu pareja y cambias tu estado a soltero/a ya nadie te preguntará que si no viene tu novio/a a la cena), pero al mismo tiempo debe tratarse con moderación pues podemos llegar a caer en el exceso de compartir absolutamente todo sobre nuestras vidas, lo cual no es ni sano, ni seguro porque terminaríamos perdiendo nuestra privacidad del todo.